Hace ya un par de semanas la revista Time traía en portada al segundo hombre más rico del mundo, Warren Buffet, quien se declaraba “optimista” respecto a la crisis.
Con todo y la crisis, las inversiones de Buffet siguen yendo viento en popa. Pero su fórmula es bien sencilla: compra marcas de gran consumo que han tenido mucho nombre pero que por circunstancias están devaluadas. Basta que él invierta en ellas para que sus acciones coticen al alza y a partir de ahí las empresas remontan el vuelo.
No todos somos Buffet. No podemos comprar acciones para controlar empresas del tamaño de Coca-Cola o IBM ni lograremos que nuestras compras motiven a otros inversores… Pero todos conocemos de negocios locales, de fábricas próximas, cuya marca ha tenido gran reputación a nivel local, regional o nacional.
Invertir en marcas que ya tienen presencia en la mente de los consumidores mo debe ser una práctica exclusiva americana, está al alcance de todos.
Si tienes capital ahora es un buen momento para alquilar ese bar archiconocido de tu pueblo que anda en horas bajas; o de invertir en acciones de una súper marca quye atraviesa un bache.