La mayor parte de CMOs nos negamos a abrir nuestras webs corporativas a Internet 2.0 para evitar que se aireen comentarios negativos acerca de nuestros productos y servicios en nuestro propio escaparate. Para evitar que alguien escriba comentarios negativos en nuestro propio sitio existen dos herramientas fantásticas que menciona Clive Thompson en su último artículo de Wired.
Ambas herramientas se basan en el mismo principio: la gente que entra en tu sitio son, sobre todo, simpatizantes tuyos. Muy pocos entrarán en tu sitio para causar daño. Por lo tanto, puedes utilizar a los propios lectores de tu web para que desenmascaren a los que no tienen otro propósito que causar daño.
Slashdot es un servicio que utiliza un novedoso método de filtrado llamado “crowdsourcing”. Un sistema automático elige una serie de lectores de tu web y durante un par de días les da la oportunidad de describir los comentarios introducidos por otros usuarios en tu web. Esa descripción se traduce en una puntuación que va de 1 a 5. Los lectores de tu web sólo podrán ver los comentarios que puntúen por encima del número que tú decidas, por lo que los comentarios perjudiciales se desvanecen.
Disqus ha creado un método de depuración de comentarios también muy interesante: la invisibilidad selectiva. Si un comentario recibe malas puntuaciones desaparece automáticamente de tu blog… para todos menos para quien lo ha escrito. De este modo, las personas que introducen comentarios negativos no se ofenden ante el hecho de que discriminemos sus comentarios sino que se desmotivan al ver que la gente les ignora.