Una moda americana que se está extendiendo a Europa: la de bautizar los estadios con nombres de marcas –Mercedes acaba de comprar los derechos del Superdome de New Orleans. Pero los americanos siempre llevan el marketing un poco más allá y ahora la autoridad de puentes de Nueva York ha comenzado una curiosa iniciativa: alquilar las barreras del peaje de sus puentes para emplazamiento publicitario.
La historia viene de lejos: Los organismos de Estados Unidos tienen una manera eficiente de recapitalizarse para ofrecer instalaciones que no tenían presupuestadas: obteniendo el dinero de contribuyentes a cambio del nombre de dicha instalación. Cuando yo vivía en Memphis salía a correr por un parque que no tenía fuentes. Cuando quise quejarme al ayuntamiento me propusieron que pagara yo los $16.000 que costaba una fuente y que ellos pondrían una con mi nombre para siempre. Lo mismo hacen con calles o bancos como este:
Esta idea trascendió los límites de lo público y los equipos deportivos empezaron a renombrar sus estadios. Ahora la iniciativa vuelve a lo público con la fantástica idea de vender espacios publicitarios en las vallas de los peajes. Digo que es una idea fantástica no sólo por el emplazamiento (la valla la ves a la fuerza) sino por el tráfico de los puentes de NY. El George Washington, por ejemplo, tiene una afluencia diaria de 300.000 vehículos –pongamos que 150.000 en cada sentido- divididos en 11 carriles. Esto significa que si solamente tienes una valla, cada día 13.636 conductores van a ver tu publicidad… 409.000 personas al mes. No está nada mal. A ver cuánto tarda Abertis en adoptar la misma medida.
Que conste que la medida viene precedida por la campaña “adopta un banquito”. Con el fin de recaudar fondos para el mantenimiento de Central Park, los neoyorkinos pueden pagar para que uno de los bancos del popular parque tenga una placa con su nombre.