Carlos Climente

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Marketing para grupos de rock (pequeñitos)

band

Cuando el pasado mes de septiembre U2 puso su álbum a disposición de todos los usuarios de iTunes gratis –en algunos países incluso descargándolo forzosamente- algo quedó claro: la única P que importa en la música hoy es la del Placement.

Antes el precio era un factor diferenciador: estaba el artista de renombre y el de gasolinera, unos a un precio y otros a la mitad.Pero el mp3 lo cambió todo y luego la posibilidad de grabar discos de altísima calidad en cualquier sitio también: hoy ni siquiera regalar la música es motivo para que la gente la descargue. Buena prueba de ello es la estrategia de la discográfica de U2, forzando la descarga del disco entre los iTuners.

La promoción sólo vale si ya tienes canales de distribución. Yo doy fe de ello: nosotros invertimos mucho dinero en la difusión de un single de Pedro Giménez y no nos llamó ni el tato.

Hay mucho producto, mucho más que demanda y la calidad es realmente homogénea. Es muy complicado posicionarse salvo que tengas algo muy novedoso (por eso hay cada vez más grupos tipo Pentatonix, por ejemplo). En definitiva, que el producto –siendo más relevante que la promo o el precio- tampoco es el quid de la cuestión.

A día de hoy los músicos que quieran vivir de su arte deben trabajar en el placement (distribución) no del disco físico sino de la música en vivo. Y esa distribución pasa por tres contextos:

• Online: Las bandas deben estar en todos los canales específicos (soundcloud, iTunes, Spotify…) y además en los genéricos (facebook, youtube…) y deben hacer un esfuerzo por destacar en ese canal. Un ejemplo magnífico es el de The Piano Guys, unos músicos que hacen adaptaciones de temas con mucha demanda en Youtube (Carol of The Bells, Frozen de Walt Disney, Mission Impossible…) y consiguen placement “al rebufo” de dichos éxitos.


• B2B: Las bandas deben tener bases de datos actualizadas de programadores y estar en perpetuo contacto con ellos. Es más, hay que paquetizar el producto en la medida de lo posible y ofrecerse a organizadores de despedidas de solter@, bodas, etc. Cualquier contexto es bueno para tocar si se remunera.

• Autoproducción: Hay que correr el riesgo y organizar conciertos a taquilla (sin caché) y para minimizar el riesgo de dichos conciertos hay que comercializarlos a través de asociaciones o empresas que puedan sacar dinero con ello.