En marketing los eufemismos no funcionan tan bien como las solicitudes directas. Los eufemismos están muy arraigados en la cultura española, pero cuando se trata de marketing tenemos que aprender de la cultura anglosajona y hacer peticiones directas.
Os pongo dos ejemplos claros: el otro día estuve viendo al monologuista Dani Rovira en directo. Durante todo el espectáculo estuvo diciéndonos que visitáramos la web www.zooilogico.es. Cuando llegué a casa visité la web y me sorprendió que solamente fuera una redirección a su perfil de Twitter.
El segundo ejemplo es el de linked in. El otro día recibí un email de un profesor que me pedía que le recomendara en Linked in. El asunto decía “Por favor, recomiéndame” y automáticamente le recomendé.
Las cosas hay que pedirlas directamente, sin giros raros. Los giros se utilizan porque da vergüenza pedir algo a todo el mundo sin que suene a “autobombo” pero, en última instancia, sé que Dani Rovira lo que quería era que le siguiera en twitter. Por lo tanto, ¿por qué no lo pidió en directo?