La agencia de publicidad Maybe Lemon se precia de haber hecho la peor campaña de publicidad de toda la historia: la del papel higiénico Nobal. Conócela.
Hace unos meses iba en el coche escuchando Onda Cero cuando emitieron una cuña con un jingle propio y locutada por Ramón Langa en la que invitaba a la audiencia a entrar en una web titulada culolimpio.com a votar si al limpiarse el culo doblaban el papel o lo “engurruñaban”. Pensé que se trataba de una broma, pero día tras día durante unas semanas escuché la cuña (a continuación).
Sin lugar a dudas, emitir a nivel nacional en Onda Cero no es barato, y emplear a Langa para locutar tampoco. Así que decidí indagar y visitar la web, un wordpress bastante mal programado con contenidos sin ton ni son, muy poco relacionados con una marca de papel higiénico.
Visité también la página de facebook, con una cifra lamentable de likes (79) para una campaña nacional. Intenté comprar el papel higiénico online (o encontrar dónde se podía comprar en tiendas físicas) y sólo encontré una web donde hacerlo… no entendía nada: no hay que promocionar lo que no se pueda vender.
Compartí la campaña con otros colegas de profesión y todos quedaron exactamente igual de sorprendidos: una marca de salud sin presencia online que de pronto irrumpía con un posicionamiento lamentable, en tono jocoso. Una web que hace bromas y no dice nada del producto. Parecía un producto fantasma.
El papel higiénico es realmente complicado de vender: es un producto poco sofisticado, tanto que en época de crisis es el primero que sustituimos por marca blanca. Pero entrar a crear un ecosistema de redes sociales para un producto sobre el que no hay ni rastro online no es un error, es un timo para el anunciante.