Como ya pasó en 1999, la industria de la publicidad está pasándolas canutas y nos están saliendo Nostradamus por todas partes.
Hoy leía un artículo en Newsweek en el que se hablaba de varias páginas de contenidos que ahora hacen pagar por ver esos contenidos (porque ya no hay publicidad que los patrocine); he leído otro artículo que habla de que Internet ya ha acabado con la publicidad tradicional y que en el futuro sólo quienes hagan publicidad como Facebook obtendrán resultados.
Recapacitemos un poco:
Cobrar por los contenidos es necesario para pagar nóminas cuando no hay publicidad para sufragar dicho gasto, pero al cobrar por ese servicio perderemos al menos a la mitad de nuestra audiencia… y cuando la publicidad vuelva a estar en forma tendremos que tirar por el suelo nuestros precios.
Facebook es un medio espectacular en el boca a boca, pero la última vez que lo comprobé la página de Tila Tequila tenía menos lectores que el Marca cada día.
Dicho esto, sí que recomiendo leer un artículo espectacular de Incentive Intelligence en el que explica cómo determinar las reglas de un concurso de incentivos para consumidores y otro de Futurelab que recomienda mejorar el servicio al cliente como herramienta de marketing ahora que no tenemos líquido para hacer publicidad.