Un detalle que me llama la atención es el poco tiempo que los entrevistados españoles dedican a estudiar la empresa para la que presentan candidatura y las pocas “ofertas de venta” (“sales pitches”) que lanzan durante la entrevista. Una entrevista de trabajo, o una presentación de empresa son 10-15 minutos que no se van a repetir jamás si no los preparas y tienes en cuenta estas exigencias del guión:
Hay que preparar la entrevista o la presentación
Cuando una empresa busca a una persona para cubrir un puesto, o a una empresa para que le preste el servicio, lo hace con un fin estratégico que no aparece en las condiciones ofertadas en la web de RRHH o en el briefing. Es tu obligación saber por qué momento está pasando esa empresa y posicionarte para cubrir ese fin estratégico.
William Ellet explica en este artículo cómo prepararse concienzudamente.
Hay que modular la voz
En el número de este mes de Wired se habla de un estudio de la Universidad de Michigan que revela tres trucos para convencer a la gente de que eres la alternativa válida:
- Habla más rápido de lo normal, sin ser extremadamente rápido. Las personas que hablan rápido se perciben como más seguras de sí mismas e inteligentes (3,5 palabras al segundo es lo ideal).
- Respira. Haz una pausa cada 20 segundos.
- No uses un tono demasiado grave ni demasiado agudo.
Y a eso yo añadiría un punto crucial: no critiques a nadie por favor (lee este artículo de Tom Hopkins)
Hay que lanzar propuestas de venta
En ocasiones no queremos hacer propuestas firmes porque tememos que no estén alineadas con lo que quiere el entrevistador pero si no las hacemos tenemos poco que rascar. Deja claro que tienes contactos, experiencia e ilusión por el proyecto. Y cuando llegues a la segunda entrevista y ya hayas preguntado exactamente qué busca la empresa haz una propuesta sólida, con todo lujo de detalles.
Luego me escribes un email y me dices si te ha funcionado. Ya verás que sí.
