Cuando vemos a alguien tomar fotos con el móvil mientras disfruta de un espectáculo o de una comida solemos pensar que, obsesionado con guardar la memoria,  no está disfrutando de la experiencia a tope. Sin embargo, recientes estudios indican lo contrario.

En How Taking Photos Increases Enjoyment of Experiences -un estudio de Kristin Diehl, Gaul Zauberman y Alixandra Barasch- varios experimentos llevan a la conclusión de que, cuando tomamos fotos mientras consumimos un producto, centramos nuestra atención en determinados aspectos de dicho producto, lo cual nos hace disfrutar más de la experiencia.

Piensa cómo puedes emplear esto para mejorar la experiencia de tus clientes.

El escenario ideal sería lograr que tus clientes fotografiaran aquellos elementos diferenciales de tu producto que suponen tu ventaja competitiva… y que luego lo compartieran en redes sociales como Instagram, Pinterest, Flickr… animando a sus followers a venir. Recuerda que la prescripción es el primer motivo para elegir uno u otro producto.

Hay empresas que lo han hecho muy bien: Belkin lanzó una funda para móvil en un partnership con Lego y animó a los compradores a tomar fotos de su funda y publicarlas en redes sociales con el hashtag #LEGOxBelkin.

El restaurante Trenchermen de Chicago regala pasteles a los clientes que tomen fotos de sus platos y los etiqueten en Instagram con una condición: que el cliente tenga más de 1.000 seguidores.

Un supermercado de Wholefoods en Alaby organizó sonados cursos gratuitos de “fotografía de comida” con sus clientes.

Pero si hay una campaña notoria, sin duda ha sido la de Comodo, un restaurante Neoyorkino que publica su menú únicamente en redes sociales (nada de papel) y sólo con fotos tomadas por sus clientes. Basta con que busques #comodomenu