Carlos Climente

Digital transformation and MarketingOperationsTeaching

Famoseo americano vs famoseo español

estrella de hollywood

En Estados Unidos se dieron cuenta ya hace muchos años que cualquier evento, con un famoso, cobra mucho peso. Por eso emplean a los famosos como presentadores, en cameos, … Porque saben que tendrán más audiencia.

Pero ojo, hablamos de EVENTOS: cosas que pasan puntualmente. Los famosos aportan televidentes en apariciones ocasionales pero cuando forman parte de series o programas de TV su efecto llamada se desdibuja.

En EEUU apuestan por los famosos para las películas de cine, para las actuaciones de la Superbowl, para mítines políticos… Para EVENTOS. Sin embargo los programas de TV y sobre todo las series son -salvo en contados casos- para los desconocidos que solamente (¿solamente?) tienen talento. El Mentalista, Castle, CSI,… Todos cuentan con actores que nunca antes tuvieron un papel principal.

Esta lección en España la tenemos aprendida… A medias. Lamentablemente empleamos a los famosos para todo: lo eventual y lo que tiene cierta continuidad. Y eso resta rentabilidad a los proyectos. Pongo ejemplos:

Programas como El Club de la Comedia utilizan a los famosos como gancho para captar audiencia. Eso está bien porque, aunque el programa sea semanal -no eventual- cada emisión tiene unos cómicos y guiones distintos.

Sin embargo, optar por famosos para tramas largas resulta costoso y no augura espectadores: es lo que pasó con Cheers de Antonio Resines o lo que pasó con Luna de Belén Rueda: empezaron bien -la gente quiere ver lo último de ambos actores- y luego su efecto se desvaneció.

luna

Un ejemplo más reciente: Splash de A3 cuenta con muchos famosos. Su share el día del estreno fue espectacular: más de un 26%. Telecinco optó por menos famosos -famosos de la casa- para Mira Quién Salta y su estreno fue más comedido, pero con el paso de las semanas su cuota de audiencia ha sido más elevada que la de Splash.

Es curioso que nadie advierta que series españolas de gran éxito como Águila Roja están interpretadas por desconocidos [para el gran público] hasta la fecha. Luna, la serie de Belén Rueda, o la serie de Eduardo Noriega, Homicidios, tenían un plantel tan célebre que eran carísima de producir y un mero 13-15% de audiencia no bastaba para las cadenas. Por eso tuvieron que cambiar su guión e introducir elementos humorísticos y tensión sexual que en última instancia solo sirvieron para desagradar a los espectadores que aplaudían la osadía de apostar por el suspense.

Esperemos que finalmente España empiece a copiar el Star System americano.